Somos los profetas de un futuro que no es el nuestro
De vez en cuando, nos ayuda dar un paso atrás y
contemplar el vasto panorama.
El Reino no solamente está más allá de nuestros esfuer-
zos, sino que trasciende nuestra visión.
Cumplimos en nuestra vida solamente una íntima fracción de la magnífica empresa que es la obra de Dios. Nada de lo que ha-
cemos es completo, lo cual es otra forma de decir que el
Reino siempre nos trasciende.
Ninguna declaración expresa todo lo que puede ser dicho.
Ninguna oración expresa totalmente nuestra fe.
Ninguna confesión deviene en perfección...
Ninguna meta o serie de objetivos incluye la totalidad.
Eso es lo que proponemos:
Plantamos las semillas que algún día brotarán.
Regamos las semillas que ya han sido plantadas, sabiendo
que contienen una promesa futura.
Echamos los cimientos que necesitarán posterior desarrollo.
Proveemos la levadura que produce efectos más allá de
nuestras aptitudes.
No podemos hacerlo todo, y al darnos cuenta de ello nos
sentimos liberados.
Eso nos permite hacer algo y hacerlo muy bien.
Será incompleto pero es un comienzo, un paso a lo largo
del camino, y una oportunidad para que la gracia del
Señor se manifieste y haga el resto.
Quizás nunca veremos los resultados finales...
Somos los profetas de un futuro que no es el nuestro.
Arzobispo Oscar Arnulfo Romero - El Salvador
San Romero de América
contemplar el vasto panorama.
El Reino no solamente está más allá de nuestros esfuer-
zos, sino que trasciende nuestra visión.
Cumplimos en nuestra vida solamente una íntima fracción de la magnífica empresa que es la obra de Dios. Nada de lo que ha-
cemos es completo, lo cual es otra forma de decir que el
Reino siempre nos trasciende.
Ninguna declaración expresa todo lo que puede ser dicho.
Ninguna oración expresa totalmente nuestra fe.
Ninguna confesión deviene en perfección...
Ninguna meta o serie de objetivos incluye la totalidad.
Eso es lo que proponemos:
Plantamos las semillas que algún día brotarán.
Regamos las semillas que ya han sido plantadas, sabiendo
que contienen una promesa futura.
Echamos los cimientos que necesitarán posterior desarrollo.
Proveemos la levadura que produce efectos más allá de
nuestras aptitudes.
No podemos hacerlo todo, y al darnos cuenta de ello nos
sentimos liberados.
Eso nos permite hacer algo y hacerlo muy bien.
Será incompleto pero es un comienzo, un paso a lo largo
del camino, y una oportunidad para que la gracia del
Señor se manifieste y haga el resto.
Quizás nunca veremos los resultados finales...
Somos los profetas de un futuro que no es el nuestro.
Arzobispo Oscar Arnulfo Romero - El Salvador
San Romero de América